Recientemente, según el informe "Global Solar Market Outlook 2025-2029" de la Asociación Europea Fotovoltaica, aunque Brasil continúa consolidando su posición como potencia regional de energía solar, especialmente en el campo de la generación distribuida, su tasa de crecimiento se desacelerará significativamente en 2025, y se espera que la nueva capacidad aumente ligeramente de 18,9 GW en 2024 a 19,2 GW.
La desaceleración se debe principalmente al ajuste de las políticas de autoconsumo y al retraso en la conexión a la red de generación distribuida, mientras que las restricciones en la infraestructura de transmisión son los principales desafíos que enfrentan los grandes proyectos. Cabe esperar que la nueva normativa sobre almacenamiento de energía, promulgada en 2025, impulse aún más el desarrollo de la industria.
Combinando los datos de Absolar con la proyección oficial de la Empresa Brasileña de Investigación Energética (EPE), se espera que para 2029 la capacidad fotovoltaica instalada acumulada de Brasil alcance entre 90 GW en el escenario conservador y 107,6 GW en el escenario optimista. Entre ellos, se prevé que la capacidad instalada distribuida se sitúe entre 54,2 GW y 63,9 GW, mientras que Absolar estima que la nueva capacidad instalada anual de generación eléctrica centralizada se mantendrá entre 3,7 GW y 5,3 GW antes de 2029.
El año pasado, la nueva capacidad solar instalada de Brasil alcanzó un récord de 18,9 GW. Sin embargo, tras dos años consecutivos de crecimiento explosivo del 60% al 81% en 2021-2022 y un incremento del 15% en 2023, el país se ha convertido en el tercer mayor mercado mundial de energía solar fotovoltaica. La tasa de crecimiento del 21% en 2024 no es suficiente para mantenerlo entre los tres primeros, y ahora se encuentra por detrás de India (30,7 GW), Estados Unidos (50 GW) y China (329 GW).
Los altos precios de la electricidad, la abundancia de recursos solares, un mecanismo de licitación sólido y una política de medición neta favorable son la clave para el rápido desarrollo de la industria fotovoltaica de Brasil antes de 2024. A pesar de los desafíos macroeconómicos, el aumento de los aranceles de importación de módulos fotovoltaicos en 2024 y la alta tasa de abandono de energía, su desempeño en el mercado aún superó ampliamente las expectativas del gobierno.